En abril de 1974 algunos rotativos de tirada nacional publicaron en sus páginas lo vivido por un joven salmantino llamado Maximiliano Iglesias. La madrugada del 21 de marzo, sobre las 02:00 horas, Maximiliano volvía de ver a su novia que vivía en el pueblo de Pineda. Un kilómetro antes de llegar a Valdehijaderos una fuerte luz lo deslumbró y se vio obligado a parar. A unos 100 metros había un objeto semitransparente que al suavizar su luz presentó un tono anaranjado claro aparcado sobre el asfalto. Junto a él se mantenía inmóvil en el aire a unos 15 metros de altura otro objeto de similares características. De la nave posada en tierra salieron dos figuras humanas, miraron al camión y volvieron a perderse de vista. La nave se elevó dejando paso al vehículo de Maximiliano. Las naves medirían unos 12 metros y se apoyaban sobre tres patas de medio metro de altura. Su forma era similar a dos platos unidos por su bordes. Al día siguiente volvía de nuevo sobre las 23:30 horas desde Pineda. Al llegar al mismo sitio que la noche anterior se encontró esta vez con tres naves, una sobre el asfalto y otras dos a la derecha de ella. El vehículo, al igual que la noche anterior, se quedó sin luces pero, a diferencia de aquella, su motor se paró. Cuatro seres de más de un metro noventa de altura realizaban trabajos al borde de la carretera con unas extrañas herramientas. Los seres lo vieron allí parado y comenzaron a acercarse. Maximiliano corrió campo a través y se ocultó en una zanja para despistarlos. Los movimientos de los seres eran totalmente normales pero fue incapaz de ver las facciones de sus rostros. Su ropaje era similar a un mono parecido al de los corredores de motos realizado en un tejido brillante. Pasado largo rato Maximiliano regresó al camión, arrancó y marchó hasta Lagunilla, donde contó la experiencia a su Jefe, Aquilino Garrido Bernal. Al día siguiente su camioneta hubo de ser remolcada por la avería que presentaba y se puso en conocimiento de la guardia civil el incidente que al inspeccionar el lugar descubrieron agujeros y un profundo surco junto a la carretera. La tercera y última vez que viera algo raro sería el día 29 acompañado esta vez por su novia, Anuncia Merino Vasco. Sobre las 00:15 horas la chica escucha un sonido similar al que hizo el objeto del día 21 cuando se elevó para dejar paso a Maximiliano. Al poco de escucharse dos objetos cruzaron el cielo volando a unos 900 metros de altura.
26 de abril de 2008
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