28 de junio de 2011

Encuentro en Bahía Blanca, Argentina

Fuente: APRO Bulletin, vol. 22 Nº 3 (noviembre / diciembre, 1973)

El domingo 28 de octubre de 1973, en la primera hora de la mañana, el camionero Dionisio Llanca había una experiencia fantástica. Dionisio, un soltero de la calma y la tranquilidad llegó a un hospital en Bahía Blanca en un estado de amnesia total. Tres días después, cuando recuperó su memoria relató su extraordinaria experiencia - - un encuentro de la noche en la ruta H3 con un platillo volador y los seres que hablaba con "chillidos" y que tomó una muestra de su sangre.

Dionisio Llanca se levantó tarde el sábado 27 de octubre de 1973 y puesto en viejos pantalones, camisa y suéter oscuro y descansaba sobre la casa modesta pintada en la calle Chubut, a sólo diez minutos del centro de Bahía Blanca. Se comió el almuerzo temprano y dormía la siesta durante la siesta, porque tendría que conducir toda la noche.

Entonces él se levantó de 18:00 y vieron una serie de televisión, lo cual debe tenerse en cuenta era realista y directo, y sin elementos fantásticos. Aproximadamente a las 22:00 h. M. ceno carne de ternera, ensalada, y dos vasos de Cepita, una bebida no alcohólica, con su tío Enrique Ruiz. Unos minutos después de la medianoche Llanca se despidió de su tío y se metió en su camioneta, una Dodge 600, cargado con material de construcción para ser entregados a Río Gallegos, un viaje de dos días. Después de 12 años de conducir los ojos se acostumbran a las condiciones de observación, incluso en la sombra de la calle. Él descubrió que el neumático trasero derecho fue baja. Era de una mente para el cambio, pero decidió dejar en su lugar. Cuando salió de la casa que era las 00:30h. Domingo ya había comenzado. El camión comenzó a rodar por la carretera nº3. El neumático se baja y no había nada que hacer, sino cambiarlo. Dionisio lamentó no haber cambiado en la estación de servicio ESSO, en la calle Don Bosco donde se detuvo durante 15 minutos a las 01:00 para conseguir gasolina. Ahora tendría que salir en el hombro oscuro y desolado en el frío de la mañana y el cambio. Ahora era 01:15h. y fue la eliminación de las herramientas, las llaves y el gato con nadie para ayudar. Él comenzó a cambiar el neumático. "Frené el camión en el hombro, se bajó, sacó el gato y las herramientas y comenzó a cambiar el neumático. El camino estaba completamente desierta. De repente, la carretera estaba iluminada con una luz amarillo intenso que parecía estar cerca de 2.000 metros de distancia. Debido al color que pensé que podrían ser las luces de un Peugeot y continué con mi trabajo. Pasarón unos segundos y tuve mi hombro a la luz, pero se hizo tan brillante que encendió toda la zona. Ahora el luz había cambiado a un color azulado similar al de un soldador de arco eléctrico Traté de levantarme pero no podía levantarse, no tenía fuerza, y una cosa extraña - - mis piernas no me responden yo estaba en mis rodillas que quería... levantarse y mirar hacia el bosque, que creció a lo largo de un lado de la carretera. Entonces vi una gran cosa en la forma de una placa en suspensión en el aire a cierta altura de siete metros, y tres personas en mis hombros, mirándome. Traté una vez más a levantarse pero no pudo. La parálisis llegó a ser total y no podía hablar siquiera. Los tres seres se quedó mirándome por un largo tiempo, tal vez cinco minutos. Eran dos hombres y una mujer. La mujer estaba entre los dos los hombres. yo creía que era una mujer debido a la forma del pecho y el cabello largo y rubio, llegando a la mitad de sus hombros. Los hombres también rubios con el pelo más corto en la espalda. Los tres fueron a la misma altura, una metros y 70 o 75 cm, y vestidos de la misma manera: una sola pieza de humo gris se adapte a un mono bien instalado en la figura, botas amarillas y guantes largos de llegar a la mitad del brazo del mismo color. No tenían cinturones, ni armas, ni cascos, ni cualquier otra cosa. Sus caras eran como el nuestro, a excepción de la frente alta y ojos alargados, como los japoneses y un poco inclinada. Ellos hablaban entre sí en un idioma imposible para mí de entender. No tenían las inflexiones vocales, pero sonaba como a. ..... como una radio mal sintonizada con pitidos y zumbidos. Uno de ellos me agarró por el cuello de mi jersey y me levantó con firmeza pero sin violencia. Traté de hablar, pero mi voz no salía. Mientras que el uno me sujetaba por otra poner un aparato en la base de mi dedo índice en la mano izquierda. Se veían de cerca el aparato. Era como una navaja de afeitar, pero había un pequeño tubo. Lo aplicaron a mí durante varios segundos. No daño. Cuando se fueron tenía dos gotas de sangre en el dedo. Creo que se desmayó porque no puede recordar nada más."

Dionisio no podía recordar cuando se despertó-. El tiempo se calcula que entre las 2 y 3 de la mañana del domingo. Cuando abrió los ojos fue uno de los vagones en el patio de la Sociedad Rural de Bahía Blanca, exactamente nueve kilometros 600 metros.

3 de septiembre de 2009

Museo OVNI en Entre Ríos, Argentina



A parentemente no parece un museo a simple vista, pero luego al ver, lo que hay parece interesante

21 de julio de 2008

Gigantes de Galdar

Llegamos a un punto en el que todo lo acontecido esa noche se nos puede escapar de las manos. Se produjo en la localidad grancanaria de Galdar un encuentro realmente insólito. El médico Francisco Julio Padrón era requerido de urgencia por Dámaso Mendoza, para que le acompañara en un taxi hasta su casa, con el fin de atender a su madre.
Cuando llevaban 6 kilómetros recorridos por la carretera Las Palmas-Agaete, el doctor Padrón observó algo increíble.

Al margen de la carretera, a muy poca distancia del suelo, se encontraba suspendida una esfera de un color azul “eléctrico”, de unos 15 metros de diámetro. Dentro se encontraban dos seres bastante altos, de unos 2.50 metros de estatura. Éstos son descritos por Padrón como ataviados con un mono rojo muy ceñido y con una especie de escafandra que impedía ver el rostro. Parecían manipular una consola de mandos y actuar de forma indiferente a lo que acontecía alrededor.
A pesar del shock inicial, el taxista no interrumpe la marcha, debido a la urgente atención de la referida paciente y sigue hasta la casa. Una vez allí, se asoman a una de las ventanas y contemplan como el ovni se “infla”, aumentando de volumen (no así sus tripulantes) y se eleva para, posteriormente, salir “disparado” hacia Tenerife.
Éste es el relato de lo acontecido en Galdar, en líneas generales. Conviene apuntar que, tal y como viene reflejado en el informe oficial que abrió el Ejército del Aire, Dámaso Mendoza no llegó a observar, prácticamente, el extraño objeto, a pesar de que iba en el asiento trasero del coche. Apenas percibió unos destellos. El relato de la visión de los seres corresponde, exclusivamente, a Francisco Julio Padrón y a su acompañante, el taxista Francisco Estevez. Los vecinos, en la zona, afirman en haber percibido extraños fenómenos luminosos pero nada de humanoides. Si revisamos el aludido expediente, tan sólo podríamos encontrar el testimonio de una vecina que afirmaba como, tras sufrir su televisor un apagón repentino, se asoma a la ventana y observa una bola de luz con dos figuras en su interior.


Conclusiones

Parece claro que algo pasó aquella noche. Los testimonios son numerosísimos. Después de barajar todo tipo de hipótesis (fenómenos geológicos, atmosféricos, lanzamiento de misiles,...), las conclusiones del juez militar informador en su informe fueron muy elocuentes: se trataba de un F.A.N.I. (Fenómeno Aéreo No Identificado). Es decir, algo no conocido estuvo en el cielo de Canarias, si bien no pudo constatarse su naturaleza física o sólida (los radares de las islas no registraron nada).

El juez informador considera que el avistamiento desde la corbeta Atrevida, el de Galdar y, en general, la observación de luces que se produjo incluso en las islas más occidentales correspondían al mismo fenómeno. Es decir, un ovni habría atravesado el archipiélago, estimando su velocidad, siempre según el documento oficial, en ...¡3000 kilómetros por hora!
Según los autores, lo más prudente sería separar la experiencia del doctor Padrón de lo observado en el cielo, fundamentalmente, porque son acontecimientos que no coinciden en nada, salvo en la hora (alrededor de las 22 horas, hora local). Así, mientras que lo avistado en el firmamento (y desde la propia corbeta), lo más probable es que se tratara de pruebas balísticas con misiles norteamericanos (en otro momento daremos sobrados argumentos sobre este punto), lo vivido por Francisco Julio Padrón, a pesar del tiempo transcurrido, sigue siendo todo un misterio.

Más información: Desclasificados Canarias; Desclasificados Canarias2

Video de Cuarto Milenio
1º Parte

2º Parte

1 de junio de 2008

Vegas de Coria (Cáceres)

A eso de la 01:00 horas de la madrugada del 10 de noviembre de 1982 Eusebio Iglesias descargaba materiales para la construcción en compañía de su hijo Florián en una casa a las afueras de Vegas de Coria (Cáceres). En ello estaban cuando escucharon un sonido parecido a un lamento y una “llamarada” de color azul-butano de un metro de alta iluminó la carretera y desapareció en décimas de segundo sin dejar rastro de ningún tipo ni en el asfalto ni en los alrededores, tan solo los perros aullando.

Durante la noche siguiente Nicolás Sánchez Sánchez se dirigía hacia su casa a eso de las 21:45 horas. Su vivienda también estaba a las afueras de Vegas de Coria muy próxima al lugar donde Eusebio Iglesias estuviera descargando materiales de construcción la noche anterior. A punto de abrir la puerta de su casa escucha un sonido de lamento que lo localiza en el centro de la carretera. Al fijar su vista ve algo oscuro de no más de 30 centímetros que atrae su atención. Nicolás se acerca y para horror suyo el pequeño bulto empieza a crecer alcanzando más de 2 metros de altura en medio de un sonido de “rechinar de dientes”. La silueta de un hombre se recortaba en la claridad de la noche. Era un hombre muy fuerte con cabeza redonda que vestía una túnica negra muy amplia que le caía por debajo de las rodillas.
Nicolás retrocedió pero la gran figura humana aparecida lo siguió. Ante tal amenaza Nicolás Sánchez agarró dos buenas piedras entre sus manos y arremetió contra aquel visitante inesperado que se alejó camino de Arrolobos flotando sobre la carretera. Desapareció en medio de un relámpago.

Dos días después Eusebio Iglesias, otra vez, volvía sobre las 21:30-22:00 horas con su mulo cargado. Uno de los sacos empezó a torcerse y mientras estaba entretenido poniéndolo de nuevo derecho sobre la caballería presintió que alguien se le acercaba, alguien de más de 2 metros de altura y todo negro que saltó por un terraplén de 20 metros de profundidad.
Estos tres vecinos mantuvieron en secreto sus visiones, es un pueblo pequeño y ya se sabe, hasta que el 3 de febrero de 1983 Florián Iglesias, otra vez, volvía montado sobre su bestia y ve venir por la carretera un hombre vestido de azul oscuro que al verlo salta por el terraplén. Florián se apea de su cabalgadura y en compañía de otras tres personas que habían llegado montados en bicicleta lo ven alejarse corriendo a gran velocidad.
Fueron la comidilla del pueblo cuando al día siguiente los tres ciclistas tornan al lugar donde tuvieron la visión el día anterior y se encuentran otra vez con aquel hombre que de nuevo salta por el terraplén.

El miedo se apoderó de los habitantes y acabaron haciendo batidas en busca el extraño transeúnte con intervención de la guardia civil sobre todo cuando el 9 de febrero otro vecino recibió a las puertas de su casa la visita del ser y en varias ocasiones muchos habían sido testigos de luces de color amarillento que volaban en silencio sobre el río mostrando gran luminosidad y cambiando de tamaño.
Luces como éstas fueron vistas por los testigos en las cercanías de Vegas de Coria.

17 de mayo de 2008

Caso de Linda Napolitano (Brooklyn, NY, EEUU)

El 30 de noviembre de 1989 se registro uno de los casos de abducción más documentados de la historia. El hecho fue investigado y documentado por Budd Hoppkins, pionero en el área de abducciones. De acuerdo a la historia narrada por el investigador en su libro “Witnessed”, una joven mujer conocida como Linda Napolitano, fue secuestrada a través de un rayo luminoso, en su apartamento en el piso 12 de un edificio ubicado en el centro de Nueva Cork, muy cerca del puente de Brooklyn, ante la mirada atónita de múltiples testigos, quienes secretamente narraron al investigador los pormenores de lo acontecido.

Los hechos se registraron a las 03:15 de la madrugada cuando el protagonista del evento se encontraba en su cama. Repentinamente se percato de la presencia de tres figuras humanoides que la observaban desde la ventana; Cortille recordó haber sido llevada al interior de una nave, donde se encontraban otras personas, entre ellas el entonces secretario de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), Javier Pérez de Cuellar. A los presentes en aquella singular reunión se les hablo del daño que se estaba causando a nivel ecológico en nuestro planeta. Cortille narro a Hoppkins que uno de los seres llevaba entre sus manos un pescado y menciono: “Observen lo que están causando a su planeta”. Entre los testigos localizados se cuenta una operadora de teléfonos ya jubilada, que transitaba por el puente de brooklyn, dos agentes secretos y el diplomático.

En aquel 1989 había gran movimiento en la ONU, debido a la caída del muro de Berlín, que causo conmoción a nivel mundial; el ex secretario transitaba junto con su comitiva por el mencionado puente, cuando se percataron que varia personas habían estacionado sus automóviles para observar las evoluciones de un objeto de forma discoidal que presentaba una serie de luces muy potentes. Quienes vieron este hecho, creyeron que se estaba rodando una película, algo que es muy común en la ciudad de los rascacielos; sin embargo; grande seria el asombro de los presentes cuando del objeto una luz que describen como cegadora, tomo al secretario y lo llevo al interior del OVNI. Fue ahí cuando se encontró con Linda Napolitano. Hoppkins realizo una profunda investigación y encontró que el ex diplomático de la ONU regalo al hijo de Linda Cortille una escafandra con su firma, hecho que confirmaría el nexo entre los personajes descrito en este caso, aunque hasta el día hoy Pérez de Cuellar niega tener conocimiento del hecho.

Base Militar (Bardenas Reales, Navarra)

Todo se inició, en la noche del 2 de Enero de 1975, en el Polígono de Tiro de Bárdenas Reales, en Navarra, España. A las 22:55 un soldado que prestaba servicio en el exterior de la Torre Principal, observa a lo lejos, una luz roja intensa que, se movía muy levemente. Durante unos minutos, la llamativa luz ilumina toda la zona militar. De manera inesperada, en un momento determinado, comienza a desplazarse en dirección a la torre. El pánico se apodera del militar de Servicio. Algo se aproximaba a la zona restringida.

¿Qué podía ser? ¿Quizás era un ataque aéreo, un efecto óptico o un objeto extraterreste? El militar, con los nervios a flor de piel, toma la decisión, de llamar al Cabo de Guardia y a otros 3 compañeros. Todos se quedan estupefactos, la luz les era de origen desconocido.

Según la Documentación Oficial, ninguno de los allí presentes es capaz de percibir con detalle el objeto, aunque confirman que “desprendía una luz roja muy intensa, y otra del mismo color más débil”; “se encontraba entre 2 y 5 kilómetros del puesto de observación y después de estar inmóvil unos minutos, de 5 a 10, se eleva hasta unos 50 metros y desaparece fugazmente".

Aproximadamente 10 minutos después, otro objeto sobrevuela la zona militar. El Sargento, como principal testigo, reconoce que “tiene forma de taza invertida, con luces blancas en las parte superior e inferior, y luces ámbar y blancas intermitentes en los costados”. El citado sargento lo compara al de un camión.

Si todo hubiera quedado ahí, el caso Bárdenas Reales sería uno más de los tantos casos Ovnis que, con el tiempo, han pasado al olvido. Sin embargo, tuvo un 2º capítulo aún más apasionante. 3 Días después, según algunos investigadores españoles, concretamente el 5 de Enero, se vuelve a repetir un avistamiento misterioso.

Nos situamos a la 1 de mañana; el soldado Martínez, escucha la radio con tranquilidad. La calma era total y absoluta, hasta que, extrañamente, el aparato receptor comienza a emitir con interferencias. El militar decide solucionar el problema y sube a la torre mayor para ir en busca de unas herramientas. Hasta ahí parecía todo normal, pero cuando el soldado subió a la torre, contempló algo inusual, “un gran rayo de luz se eleva sobre la montaña más próxima”.

Era una luz muy nítida que llega a mantenerse estática durante más de 30 minutos.
Martínez, avisa al “cabo militar” más próximo. La voz corre como un reguero pólvora por el Polígono de Tiro de Bárdenas Reales.

El extraño caso, unido a lo ocurrido 3 días antes, el 2 de Enero, pone en “alerta total” a los militares de la zona, y es que no era para menos: una luz de origen desconocido invadía una Zona de Seguridad Española.

Desde los barracones, salen varios vehículos con destino a la luz, el objetivo estaba muy claro : “había que clarificar, el acontecimiento”.
El fenómeno aún se acentúa más, cuando los militares se acercan. El haz de luz comienza moverse y cambiar de colores, hasta que en un momento determinado, parece haber ”tomado tierra”.Seguidamente, el objeto luminoso, se impulsa a una velocidad vertiginosa y “desaparece” sin dejar rastro.

Los militares se acercan a la zona en la que supuestamente aterrizó instantes antes, aquel objeto. Éstos se encuentran, una gran huella circular, de unos 10 metros, y los pastos que la cubrían, ardían sin cesar.

¿CUÁL ERA EL ORIGEN DEL FUEGO REINANTE, EN ESE CÍRCULO?
¿CONFIRMAN LAS LLAMAS, QUE EL OBJETO ATERRIZÓ EN EL LUGAR?

Muchísimas son las incógnitas que rodean, a todo lo sucedido en BÁRDENAS REALES, el 2 y el 5 de Enero de 1975. Algunos de los soldados, que fueron testigos de los avistamientos aquellos días, fueron entrevistados hace unos años por los conocidos investigadores “Iker Jiménez y Bruño Cardeñosa”.
Sus declaraciones fueron sorprendentes. Según éstos militares sus mandos superiores, les advirtieron muy seriamente, de que “no hicieran ningún tipo de declaración sobre lo ocurrido, que el caso estaba cerrado, y que además el fuego del día 5, había sido ocasionado por unos cazadores furtivos”.

Luego realizaron el siguiente informe con el que dieron el caso por cerrado...

Cofidencia

Carretera de Mooraduc (Melbourne, Australia)

Para la testigo Maureen Puddy el encuentro comenzó el 5 de julio de 1972, cuando viajaba entre Frankston y Dromana a lo largo de la carretera de Mooraduc, al sudeste de Melbourne. Por encima y detrás de su coche vio una luz azul que se aproximaba. Pensó en un principio que se trataba de un helicóptero ambulancia, usados comúnmente en estas regiones de grandes extensiones. Detuvo su coche y bajó a mirar, pero no notó que de la luz partiera ningún sonido. Lo que vio fue increíble. Un enorme objeto, de aproximadamente 30 m de ancho, sobrevolaba el camino a una altura del doble de los postes telegráficos. Su forma era semejante a la de los platillos; no había señales de soldaduras o tornillos, ventanillas, ni otros detalles, y tenía un intenso brillo azul. En ese momento la señora Puddy percibió un débil zumbido, aunque no vio que el objeto se moviera en absoluto.

Aterrorizada subió al coche y partió rápidamente pero notó que, a pesar de la velocidad con que conducía, el objeto se mantenía siempre a la misma distancia detrás de ella. Después de recorrer 13 km pareció que la caza terminaba y la señora Puddy vio desaparecer el objeto en dirección opuesta.

Informó del hecho a la policía, a sus amigos y familiares, aunque en general su relato fue acogido con burlas y chistes. Por esa razón, decidió no contar nada más. Pero el 25 de julio de 1972 habría de cambiar de opinión.

Ese día, más o menos a la misma hora y en el mismo lugar, conducía hacia Rye después de haber visitado a su hijo que estaba hospitalizado en Heidelberg. De pronto notó que una luz azul rodeaba su coche y su primer pensamiento fue que se trataba otra vez del mismo objeto.

De inmediato, recordando el encuentro de veinte días antes, aceleró para alejarse y con horror descubrió que el motor del coche no funcionaba: perdió el control de la dirección y el coche rodó al borde del camino.

Todo a su alrededor, árboles y arbustos, estaban bañados por la luz azul y la señora Puddy se aferró al volante presa del terror. Mirando hacia arriba, a través del parabrisas, podía ver parte del objeto que se encontraba justo sobre ella. Entonces comenzó a recibir mensajes.

Una voz -en su mente, más que en sus oídos- dijo: «Diga a los medios de comunicación que no creen el pánico... no representamos ningún peligro». Siguió diciendo: «Todos sus tests serán negativos». Y agregó: «No tema, querida amiga, no le haremos ningún daño». Y hubo un mensaje final: «Usted tiene ahora el control». En ese momento el motor del coche empezó a funcionar. Presa del pánico la señora Puddy fue rápidamente a la comisaría y en un estado de ánimo agitado e inquieto dio parte de su encuentro. La policía informó del hecho a las Fuerzas Aéreas Australianas.

La señora Puddy hizo varias observaciones, muy esclarecedoras para los investigadores, sobre ciertos detalles de su avistamiento. Por ejemplo, señaló que ella no solía usar la expresión «medios de comunicación». También comentó no saber a qué «tests» se referían, pues no se la sometió a ninguno.

Las Fuerzas Aéreas Australianas declararon que no podían explicar el avistamiento, en cambio confirmaron que no había aviones en la zona a esa hora. Es interesante destacar que un artículo de la Flying Saucer Review (FSR) dice textualmente: «Se advirtió a la testigo de que no hablara del incidente para no correr el riesgo de causar pánico».

Hubo otros avistamientos que corroborarían el relato de la señora Puddy. Un tal Maris Ezergailis se encontraba en Mount Waverley, un suburbio al sudeste de Melbourne aproximadamente tres cuartos de hora después del encuentro y señaló haber visto un relámpago de luz azul moviéndose horizontalmente. La señora Puddy, al leer el informe del señor Ezergailis, comentó: «Así es como lo vi cuando se alejó la primera vez». Aproximadamente a la misma hora del encuentro de la señora Puddy, el señor y la señora Beel declararon haber visto también una luz extraña. «Algo que no se parecía a nada que hubiéramos visto antes», dijeron.

El 22 de febrero de 1973, después de la publicación de la nota de la FSR, tuvo ocasión de volver a conducir por ese camino, y con la más ilustre de las compañías. Los resultados fueron extraordinarios.

Durante todo el día, la señorá Puddy había oído voces que decían: «Maureen, ven al lugar del encuentro». Se dio cuenta de que se trataba de un mensaje telepático de quienes se habían puesto en contacto con ella meses atrás. La señora Puddy telefoneó entonces a Judith Magee que, junto con Paul Norman, acordaron encontrarse con ella a las 8:30 de la noche en la carretera de Mooraduc. Fueron al mismo lugar donde se produjeron los sucesos anteriores y la señora Magee comentó posteriormente que, al entrar en el coche de la señora Puddy, había experimentado una sensación de hormigueo, como si hubiera recibido una descarga eléctrica suave. Pero pasó enseguida.

Una parte extraordinaria del encuentro ya se había producido. La señora Puddy comentó que casi se salió del camino, pues mientras conducía hacia el lugar del encuentro un ser vestido de dorado apareció dentro del coche, entre los dos asientos delanteros, desapareciendo de inmediato.

El coche en el que viajaban la señora Puddy y la señora Magee, seguido por Paul Norman en su propio automóvil, llegó al lugar fijado. Paul Norman bajó de su coche y subió al asiento trasero del de la señora Puddy. Allí conversaron sobre la materialización del ente. De pronto, éste reapareció y la señora Puddy, frenética, aferrándose a la señora Magee, gritó: «¡Ahí está! ¿No lo ve? ¡Tiene la misma ropa!» Según parece, la figura caminaba hacia el coche y se detuvo al lado del faro izquierdo.

Pero ni Judith Magee ni Paul Norman podían ver al ente, aunque es preciso señalar que la señora Magee estaba segura de que la agitación que invadía a Maureen Puddy era real y que «no estaba inventando conscientemente... ¡estaba realmente trastornada! ».

Aparentemente la criatura hacía señas a la señora Puddy para que lo siguiera y, aunque Judith Magee se ofreció a acompañarla, la testigo permanecía firme en su decisión de no moverse y seguía aferrada fuertemente al volante. Pero habrían de verse cosas aún más extraordinarias.

De pronto Maureen Puddy comenzó a chillar diciendo que había sido secuestrada, describiendo el interior del ovni y gritando que no podía salir porque no había puertas ni ventanas. Durante todo ese tiempo, no se movió del asiento del conductor ni se apartó de la vista de los dos investigadores, pero su agitación era muy real. Una vez dentro del ovni, describió un objeto en forma de seta que se movía como si fuera de gelatina; de pronto se relajó, quedó en un estado de trance y aparentemente la experiencia terminó.

Este caso, probablemente más que ningún otro, despierta interrogantes sobre la verdadera naturaleza de las experiencias de secuestros. Si la señora Puddy hubiera estado sola, seguramente hubiera informado sobre el hecho con toda la claridad que corresponde a una experiencia física, mientras que la presencia de los investigadores permite confirmar que no fue ese el caso. Por otra parte, sería muy simplista descartar el secuestro como un hecho puramente psicológico: por un lado, se produce después de avistamientos debidamente confirmados; por otro, la testigo no estuvo en trance durante la mayor parte de la experiencia. Es muy importante el hecho de que este secuestro sea similar a muchos otros, y debemos considerar cuántas denuncias de presencias físicas habrían sido ignoradas si hubiera habido testigos que presentaran pruebas en contra.

Si pensamos que este caso de secuestro, como tantos otros, no fue un hecho de origen psicológico sino algo externo que se impuso a la testigo, una posible conclusión sería que las experiencias de abducción tendrían una naturaleza más parecida a la recepción de un mensaje que a una visita.

12 de mayo de 2008

El caso Conil

Conil de la Frontera pasó a la historia de la ufología española como uno de los casos mas curiosos y espectaculares que se recuerda. Avistamientos continuos durante un par de semanas, humanoides en la playa, grandes huellas sobre el terreno, transformación de los seres...Todo esto y mas conforman lo que en los anales actuales de los No Identificados, el Caso Conil.

Pero situémonos. Conil de la Frontera es una pequeña población de gran tradición marinera enclavada en la provincia de Cádiz, al sur de España. Población activa, sobre todo en el periodo estival, hacen de Conil una obligada referencia para el sector turístico. Sus calles, sus comercios y sobre todo su playa hacen de este pequeño rincón marinero una irresistible tentación para el viajante. Y precisamente en su playa, de nombre Los Bateles, es donde transcurre este singular y cuanto menos sobrecogedor caso.

Conil de la Frontera, Cádiz. Playa de los Bateles. 29 de Septiembre de 1989. 20:45 h. Un grupo de 5 jóvenes de la localidad acuden a la playa dispuestos a observar las evoluciones de unas extrañas luces en el cielo y que durante un par de semanas venían manifestándose casi a diario. A las 20.45 horas, aproximadamente, aparece sobre la vertical de los testigos una "media luna" con unas luces rojas en el interior. El semicírculo se dirige en silencio hacia el pueblo. Al poco, también sobre las cabezas de los muchachos, surge otra luz. Esta lleva a cabo una serie de fogonazos a lo que responde una tercera luz ubicada sobre el puerto.

Posteriormente los jóvenes apostados detrás de un montículo, aciertan a distinguir con la ayuda de unos prismáticos las figuras de dos seres de alta estatura embutidos en una especie de túnica blanca hasta el suelo, que caminaban torpemente sobre la orilla y que según los testigos no tenían rostro ni pelo. Acto seguido los extraños seres comienzan a avanzar hacia los testigos con los brazos pegados al cuerpo, provocando la huida de los jóvenes conileños ante tal situación.

Los dos humanoides se detienen y se giran dando completamente la espalda a los testigos, como si se dispusieran a observar la extraña luz roja sobre el puerto. Poco después una pequeña esfera azulada del tamaño de una pelota de tenis comienza a caer como si se tratara de una estrella fugaz, llegando a detenerse por completo a muy poca distancia de las cabezas de los seres. Inmediatamente, los dos humanoides se sientan en la arena y empiezan a cavar y a hacer un montículo en forma de herradura.

Los seres se tumban de espaldas totalmente rígidos y empiezan a pasarse una pequeña esfera azul, así durante cinco o diez segundos. Los cinco testigos continúan observando las evoluciones, sobre todo uno de los jóvenes que no perdía detalle con los prismáticos de lo que estaba pasando. Fue entonces, cuando el pánico se apoderó de los muchachos al comprobar la imagen de una negra figura que se acercaba desde el agua envuelto como en una especie de nube o niebla y dando la sensación de ir flotando en el aire hasta detenerse donde se encontraban tumbados los otros dos. Este tercer ser, era según los jóvenes, mucho mas alto que los otros dos, con una cabeza muy grande y blanca en forma de pera invertida y de ojos grandes y oscuros, ataviado con una especie de mono estrecho totalmente negro.

El Humanoide de Conil

Sin darse cuenta por el pánico y el desconcierto ante lo que estaban viendo, los cinco muchachos perdieron de vista al ser de negro, pero observaron como de donde se encontraban los otros dos seres salían un hombre y una mujer de apariencia totalmente normales. Acto seguido la pareja caminó en dirección al pueblo perdiéndose por las calles conileñas. Pero todavía habría mas sorpresas, puesto que en ese mismo instante se percataron de algo extraño en el mar. Ante sus temerosos ojos vieron venir nuevamente por las aguas de los Bateles a la enigmática figura negra que se dirigía a gran velocidad, como si fuera flotando, hacia donde se encontraban los cinco muchachos de Conil. Al llegar a la orilla se detuvo y se quedó mirando durante unos instantes a los jóvenes, que se encontraban a unos cincuenta o sesenta metros de aquel ser, para posteriormente darse la vuelta y perderse por donde había venido.
La noticia recorrió España de cabo a rabo y fue incluso de interés internacional. Pero lo llamativo del caso es que no fue el único incidente de esas características durante esa fecha, puesto que dos días antes la agencia soviética TASS lanzaba al mundo la noticia de un supuesto aterrizaje de un ovni en un parque de la ciudad de Voronezh y que según dicha agencia varios testigos observaron a varios humanoides de gran altura y con unas características similares a los que avistaron dos días después los muchachos de Conil.
Pero el “Caso Conil” como es lógico, tuvo una gran avalancha de detractores. Incluso a día de hoy sigue siendo fuente de muchos escépticos que lo aprovechan para desacreditar aun mas el fenómeno ovni.
El argumento que toma mas fuerza dentro del campo escéptico es el que indica que los muchachos de Conil confundiesen las extrañas luces con dos barcos británicos que desempeñaban trabajos de cableado por aquellas fechas junto a la Costa de Conil y que los extraños seres que vieron fueran realmente buzos de dichas embarcaciones que se estaban cambiando en la playa. Todo esto fue plasmado en un informe realizado por el G.E.I.F.O. (Grupo Español de Investigación del Fenómeno Ovni). El 16 de Octubre de 1989, este informe fue publicado en Diario de Cádiz, dejando el asunto totalmente explicado para la opinión pública.

NoticiaPero para algunos investigadores de renombre, sobre todo el incansable J.J. Benítez, este caso tiene muchos cabos sueltos y apunta a que dicho informe fue solo una labor de ocultamiento e intoxicación de lo que puede ser uno de los casos ovni mas importantes de España. A raíz de ahí, el fenomenal escritor navarro recopiló pruebas en busca de desenmascarar la verdad. Informes de la Policía Local de Conil y de la Guardia Civil acerca del avistamiento de extrañas luces en los cielos conileños, Informe de uno de los barcos resaltando la posición del buque a la hora del incidente y la negativa de haber desplazado buzos a la zona, entrevistas a los testigos...Repuestas a tantas y tantas preguntas sobre este caso tan especial y que mas tarde las plasmaría en su libro “La Quinta Columna”.
El debate sigue abierto. ¿Historia rocambolesca de unos muchachos para llamar un poco la atención? O ¿Verdaderamente la playa conileña de Los Bateles fue testigo de un encuentro con seres de otros mundos? O lo que es mas impactante... ¿Si realmente todo esto fuera cierto, son capaces de convivir entre nosotros?

Video del Caso Conil

Secretos de la caja negra

Mostramos por primera vez las grabaciones de audio realizadas en la cabina del piloto y en la torre de control, sobre encuentros y avistamientos de OVNIS por pilotos y astronautas. Contaremos con un detallado testimonio de uno de los primeros casos de los que se informó, el caso Arnold en 1947, además de grabaciones recientes sobre avistamientos de OVNIS en Nueva Inglaterra y Texas. También se muestran grabaciones de la NASA y un vídeo grabado en el año 2005. Por último, presentamos entrevistas con pilotos, testigos y expertos, incluido Joseph Nagy de UCLA, el actor Ed Asner y el piloto e investigador de OVNIS, Don Berliner.

11 de mayo de 2008

Kapustin Yar, el roswell ruso

Bienvenidos a la remota y altamente secreta base militar en Kapustin Yar, en lo que constituye el "Área 51" soviética. Hasta allí fueron transportados los restos de al menos ocho accidentes de OVNIS, para ser estudiados, desde 1945 a 1991. Mostraremos estas instalaciones, nunca vistas con anterioridad, por medio de entrevistas, tours con las cámaras, caracterizaciones dramatizadas y amplias recreaciones. Exploraremos los numerosos accidentes de OVNIS que han tenido lugar en Rusia a lo largo de las décadas y mostraremos la manera en la que los científicos de Kapustin Yar, dedicados a la investigación de OVNIS, utilizaron y procesaron los restos de esos accidentes... así como los cuerpos de los extraterrestres. Acompáñennos mientras investigamos los hechos y los mitos que rodean Kapustin Yar, así como las historias de OVNIS que han pasado a formar parte de la tradición popular y la conciencia del pueblo ruso.